lunes, 10 de marzo de 2025

El Caso que Llevó a Leidy Tabares a la Cárcel: Un Giro Trágico en su Historia

 El Caso que llevó a Leidy Tabares a la cárcel: Un Giro trágico en su historia



En el imaginario colectivo colombiano, Leidy Tabares es sinónimo de resiliencia y controversia. Conocida por su papel protagónico en La vendedora de rosas (1998), una película que la catapultó a la fama internacional, su vida dio un vuelco inesperado en 2002, cuando se vio involucrada en un crimen que marcó un antes y un después en su trayectoria. Pero, ¿quién fue el hombre por el que terminó tras las rejas y qué pasó realmente?





El hombre en cuestión era Óscar de Jesús Galvis Osorio, un taxista de 44 años cuyo asesinato en el municipio de Bello, Antioquia, el 16 de agosto de 2002, cambió el destino de Leidy para siempre. Según los registros judiciales, Galvis fue víctima de un homicidio perpetrado con arma blanca en un supuesto intento de robo que salió mal. Leidy, entonces de 20 años y madre de un hijo pequeño, fue señalada como coautora del delito junto a su compañero sentimental de ese momento, Edison Alberto Castañeda Sánchez, y otros involucrados, entre ellos dos menores conocidos como "Sergio Grande" y "Sergio Chiquito".





La versión oficial relata que el crimen tuvo lugar en un solar donde Galvis fue retenido. Edison y Leidy habrían regresado varias veces al lugar: primero para recoger un vehículo, luego por dinero que la víctima llevaba consigo (19.000 pesos, al parecer para comprar marihuana), y finalmente, tras notar la presencia policial cercana, habrían ordenado su ejecución. Los menores habrían ejecutado el acto con navajas proporcionadas por la pareja, según la sentencia del juez segundo del circuito penal de Bello, que en octubre de 2003 condenó a Leidy y a Edison a 26 años de prisión por homicidio agravado y hurto calificado.

Sin embargo, Leidy siempre ha mantenido su inocencia. En entrevistas y apariciones recientes, como en La casa de los famosos Colombia 2025, ha insistido en que no participó directamente en el crimen y que su involucramiento fue producto de una mala decisión al acompañar a Edison ese día. Según su relato, él la convenció de subirse a un carro sin revelarle el plan, y solo después le confesó la verdad sobre el secuestro y asesinato de Galvis. “Yo no vi nada extraño, me bajé normal”, contó entre lágrimas, afirmando que el peso de esa asociación la llevó a odiar a su excompañero.





El caso no solo le costó 12 años en prisión —cumplidos en cárceles como El Buen Pastor, Valledupar y El Pedregal— y 14 más en arresto domiciliario, sino que también dejó heridas profundas en su vida personal. Hoy, a sus 42 años, Leidy busca redención y una segunda oportunidad, mientras su historia sigue resonando como un eco de las complejidades de la fama, la justicia y la supervivencia en un entorno adverso. ¿Fue víctima de las circunstancias o cómplice en un acto fatal? Esa pregunta sigue abierta para muchos, pero su voz, ahora libre, insiste en reescribir su narrativa.



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